Anabel Otero
¡Hola! Soy Anabel y soy profesora de Hatha Yoga. Me gustaría que sepas un poco más sobre quién soy y cómo llegué hasta aquí. Prometo que la historia es interesante...
cómo empezó todo
Todo empezó en casa, haciendo una clase en Youtube.
Todo empezó como seguramente también empezó para ti, practicando sola en mi casa a través de clases online.
Había probado clases de yoga presenciales, pero ni el profesor ni el estilo de yoga acababan de encajar conmigo. Era contradictorio porque mi cuerpo y mi alma me pedían hacer yoga, pero luego iba a clase y sentía que el yoga no era para mí.
Como siempre había hecho deporte, acababa buscando alternativas al yoga. Hasta que un día, mientras vivía una temporada en el extranjero, me lesioné el pie y me encontré sin poder practicar otra cosa.
Estaba en una situación en la que no tenía muchas alternativas: vivía muy aislada, no tenía medios de transporte para ir a ningún sitio, ni tampoco tenía mucho dinero.
Como vivía justo delante del mar, me pareció que nadar era una muy buena idea: era gratis, no necesitaba transporte y no afectaba a mi lesión. Además había sido nadadora toda mi vida y me sentía muy cómoda nadando en mar abierto.
Cuando la gente me vio en el agua, enseguida me tomaron por loca por una razón muy legítima: estábamos en Hawaii, lo que se traduce en ataques de tiburones a diario, olas de varios metros y corrientes muy peligrosas.
Por supuesto, dejé de nadar en cuanto entré en razón. Cogí mis cosas y con una mezcla de frustración y enfado me dirigí a casa, abrí el ordenador y tecleé un poco a la desesperada “clases de yoga”.
Éste es buen momento para decir “y el resto es historia” pero no os voy a dejar con las ganas, la historia sigue…
de alumna a profesora
Cuando aprendes, enseña.
Cuando recibes, da.
El yoga pasó a formar parte de mi día a día gracias a clases online
Probé varias clases y finalmente di con una profesora que por algún motivo me hacía sentir muy bien en sus clases. Se llamaba Lesley Fightmaster y hacía poco que había abierto su canal de yoga. Quedé enamorada con sus clases y desde entonces se convirtió mi maestra y mi guía en el yoga.
Descubrí que internet me daba la posibilidad de escoger con quién quería practicar y qué tipo de yoga quería hacer. Además me sentía cómoda en casa, nadie me observa y por fin había conectado con una profesora.
Durante los siguientes meses el yoga pasó a formar parte de mi día a día. Todas las mañanas cogía la bicicleta e iba a ver la salida del sol. Me llevaba una toalla que usaba a modo de esterilla mientras practicaba las posturas que había aprendido con Lesley.
El yoga me ayudó tanto a nivel físico como a nivel mental y emocional.Fue mi refugio en momentos difíciles y me enseñó que la vida es un camino que hay que recorrerlo paso a paso.
Ese camino lo inicié como vosotros lo habéis iniciado, en casa, haciendo yoga con una profesora que no conocía de nada, pero que sentía como mi mejor amiga, que me decía exactamente lo que necesitaba escuhcar yque me hacía sonreír, a veces, por primera vez en todo el día.
Con el tiempo, empecé a tener el sueño de dar clases de yoga yo misma, de hacer sentir a alguien lo que Lesley me había hecho sentir a mí. En secreto imagianba lo bonito que sería dedicarme a tiempo completo a la enseñanza del yoga. Pero todo eso eran sólo un sueño, por ahora.
Aunque yo no había dicho nada a nadie sobre mi ilusión de ser profesora, varios amigos empezaron a preguntarme si daba clases de yoga. Al principio dije que no, pero insistieron y un día accedí a dar una clase de prueba. Aluciné.
Primero di a dos personas, luego a cuatro, despiués vinieron seis, y ahora sí, el resto es historia.
el ciclo se cierra
Finalmente acabé donde todo empezó
Pasó el tiempo y un día decidí compartir un vídeo de yoga en Youtube. Al principio no lo dije a nadie, pero pensé que los vídeos podían ser útiles y me animé a compartirlos con más gente. Al instante me di cuenta que ése era el lugar donde debía estar, enseñando yoga a personas que empezaban como yo lo hice: solos desde casa y buscando un/a profesor/a de yoga con quien conectar.